Se llama Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a todo el proceso que se realiza para la valoración los distintos Impactos ambientales, producidos en las distintas alternativas de una actividad, obra o proyecto en el medio ambiente1. Una de las características claves en el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental es la presentación de distintas alternativas, pues el fin del proceso es la elección de la opción más adecuada para la implementación de un proyecto. El procedimiento de una Evaluación Ambiental es extenso y debe realizarse de forma integral desde las distintas facetas que esta conlleva. Un EIA abarca un amplio rango de trabajo, puesto que el proceso de evaluación conlleva: desde la realización de una linea base o inventario ambiental en el entorno del proyecto, que permita conocer el estado del lugar; el uso de herramientas y metodologías para la identificación, sistematización y valoración de impactos ambientales según los distintos factores ambientales; hasta el proceso técnico-administrativo a ser realizado para la modificación, aceptación o rechaso de las alternativas propuestas por parte de las instancias gubernamentales pertinentes.
Las directrices para la valoración y categorización de impactos normalmente se encuentra en las leyes ambientales de cada país, así como tambien los procedimientos que rigen la Evaluación de Impacto Ambiental, variando según la legislación de cada país o región. Sin embargo, el procedimiento jurídico de forma general suele iniciarse con la presentación de un proyecto a las instancias gubernamentales pertinentes y una consulta previa a los actores involucarados (siendo toda persona natural y/o jurídica, interesada o afectada directa o indirectamente por el proyecto) por parte del órgano ambiental. El siguiente paso es la elaboración del EIA a cargo del promotor del proyecto y su presentación a las Instancias Gubernamentales Pertinentes para su posterior revisión. Una EIA integral suele, tambien, llevar a cabo un proceso de participación pública y una instancia para la correccion de observaciones realizadas por las autoridades y público en general. El proceso concluye con la emisión de una Licencia Ambiental que autoriza la puesta en marcha del proyecto, en algunos países se la conoce como Declaración de Impacto Ambiental (DIA), y es emitida por parte del Órgano Ambiental pertinente.
La EIA se ha vuelto preceptiva en muchas legislaciones. Las consecuencias de una evaluación negativa pueden ser diversas según la legislación y según el rigor con que ésta se aplique, yendo desde la paralización definitiva del proyecto hasta su ignorancia completa. El concepto apareció primero en la legislación de Estados Unidos y se ha ido extendiendo después a la de otros países. La Unión Europea la introdujo en su legislación en 1985, habiendo sufrido la normativa enmiendas en varias ocasiones posteriores.
La EIA se refiere siempre a un proyecto específico, ya definido en sus particulares tales como: tipo de obra, materiales a ser usados, procedimientos constructivos, trabajos de mantenimiento en la fase operativa, tecnologías utilizadas, insumos, etc.